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26 de enero de 2015

EL PROTECTORADO ESPAÑOL, ENTRE EL HUESO DEL YEBALA Y LA ESPINA DEL RIF.

El 30 de marzo de 1912, bajo una fuerte presión por parte de los franceses, el sultán Hafiz estampaba su firma sobre el Tratado de Fez, con lo que rubricaba el fin de la independencia de su país y concedia a Francia el protectorado legal sobre Marruecos. El distinguido administrador colonial Hubert Lyautey, fue nombrado primer Residente General en abril de 1912.

El 17 de julio de 1912, Mulay Hafiz, abdicó el trono de Marruecos en favor de su hermano Yusuf. Y en noviembre, Francia firmaba en Madrid una entente con España, quedando publicamente definidas sus respectivas esferas de autoridad en el país marroquí.

El embajador de Francia en España firmando el acuerdo francoespañol el 27-11-1912


El nuevo protectorado español iba a ser modelado según el francés. Se garantizaba la conservación de la autoridad civil y religiosa del sultán sobre la población marroquí de la zona española, pero la Administración iba a delegarse en un jalifa , quién sería el representante del sultán en el Marruecos español.

El Tratado de Madrid no se cerró sin agrios altercados entre las respectivas delegaciones. Al final, tal como lo explica el historiador Azpeitua "el rico bocado de Taza, los fértiles campos de Werga y las riquezas de las llanuras del Garb, se fueron perdiendo en sucesivos tratados y España se quedó con el hueso del Yebala y la espina del Rif".

Límites geográficos del Protectorado español

El tratado francoespañol de noviembre de 1912 había dado a España el dominio sobre un rectángulo dentado de tierra que se extendía desde el Oceáno Atlántico, al oeste, hasta el rio Muluya lindante con la frontera argelina, al este, y desde el Mar mediterráneo, al norte, hasta una línea irregular situada a unos cuarenta kms al norte del rio Werga, por el sur.

El terreno estaba compuesto,en su mayor parte, de montes abruptos que se erguían desde el litoral mediterráneo para ir decreciendo en una serie de valles hacia el sur. La aridez del país es extrema, si bien en medio de las rocosas cañadas corretean algunos riachuelos. El clima oscila entre extremos rigurosos: el verano es una estación de calor sofocante, sin apenas ninguna precipitación y el invierno, en cambio, es la época de las lluvis y temperaturas heladas.

En l912 la población indígena se estimaba en 760.000 habitantes, en su inmensa mayoria beréberes, organizados en tribus(cabilas). Los cinco territorios en que dividieron el Protectorado los españoles son :el Yebala, el de Lucus,  el Gómara, el Rif y el Kert, poblados en total por 66 cabilas.

Entre todas las tribus las del Rif han sido siempre las más fuertes y, entre los rifeños, los Beni Urriagel, los más numerosos y belicosos.De ellos se han dicho "son la gente más intratable de la tierra" y como decía David Hart, el rifeño sabe que su tierra es pobre e improductiva, pero no quiere que nadie más la posea".

Organización territorial del protectorado

Aunque superados en número o vencidos temporalmente, los beréberes del Rif no habían sido nunca sometidos antes de la época del Protectorado español. En general los rifeños son espartanos, pobres, sobrios, austeros, rápidos de reflejos y tremendamente duros y orgullosos de su invertebrada independencia. Un proverbio norteafricano afirma que el tunecino es una mujer, el argelino un hombre y el marroquí un león". Se podría añadir que el beréber marroquí es un león de ferocidad singular. He aquí la gente con quin España y, más tarde, Francia, tuvieron que tratar, sin duda, un enemigo formidable. 

                                                                            

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